jueves, 15 de mayo de 2008

REFLEXION 5 (LA TORMENTA)

LA TORMENTA
Cuentan que un dia un campesino le pidio a Dios le permitiera mandar sobre la Naturaleza para que segun el le rindieran mejor sus cosechas.Y Dios se lo concedió!
Entonces cuando el campesino queria lluvia ligera, asi sucedía; cuando pedía sol, éste brillaba en su esplendor; si necesitaba mas agua, llovia mas regularmente; etc.
Pero cuando llegó el tiempo de la cosecha, su sorpresa y estupor fueron grandes porque resultó un total fracaso. Desconcertado y medio molesto le preguntó a Dios por que salió asi la cosa, si él había puesto los climas que creyó convenientes.
Pero Dios le contestó "Tu pediste lo que quisiste, mas no lo que de verdad convenía. Nunca pediste tormentas, y estas son muy necesarias para limpiar la siembra, ahuyentar aves y animales que la consuman, y purificarla de plagas que la destruyan..."-
Asi nos pasa: queremos que nuestra vida sea puro amor y dulzura, nada de problemas. El optimista no es aquel que no ve las dificultades, sino aquel que no se asusta ante ellas, no se echa para atrás. Por eso podemos afirmar que las dificultades son ventajas, las dificultades maduran a las personas, las hacen crecer.
Por eso hace falta una verdadera tormenta en la vida de una persona, para hacerla comprender cuanto se ha preocupado por tonterias, por cosas pasajeros.
LO IMPORTANTE NO ES HUIR DE LAS TORMENTAS,
SINO TENER FE Y CONFIANZA EN QUE PRONTO PASARAN
Y NOS DEJARAN ALGO BUENO EN NUESTRAS VIDAS.

Nunca olvidemos hermanos, hermanas, que nuestro amado Padre Eterno,
nos lleva a aguas profundas no para ahogarnos sino para purificarnos;
y como nuestro Padre de amor, busca siempre lo mejor para nosotros, siempre después de la tormenta viene la calma, y trás un día nublado y lluvioso, nos regala un sol esplendoroso, y un cielo estrellado y transparente.

Asi queridos hermanos, Él nos acompaña todos los momentos de nuestras vidas, porque nos ama profundamente, nos envia su santo espíritu para que nos acompañe en todos nuestros caminos y no nos deja caer, cuando sentimos que ya no podremos caminar por tanto dolor, es Él mismo quien nos lleva en sus dulces brazos , nos acurruca en su regazo y nos llena de bendiciones.

Si nos acompañamos hermanos, hermanas, si somos misericordiosos, démonos un abrazo de la paz, y apoyémonos, aprendamos de cada uno de nosotros, compartamos lo que hay en nuestras almas.

Juntos podremos ser valientes y fuertes para poder alcanzar nuestra victoria, y ante la adversidad nos repondremos, para seguir en esta maravillosa la gran Misión del Amor, cada uno de nosotros estamos llamados a decir SI........

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